Mariana Soto, Gerente General de CENEM, consultada por diario El Mercurio, se refirió a las implicancias del “greenwashing”, término utilizado para describir la práctica de ciertas compañías al darle un giro a sus productos y servicios para de esta forma verse como respetuosos con el medio ambiente, pero que sin embargo, se trataría de un tema más bien de forma y no de fondo.
Con el fin de vender más y de posicionar una buena imagen ambiental ante los consumidores, algunas empresas incluyen en sus productos información “verde” que no está validada, reglamentada, ni regulada en nuestro país. Esto lleva a lo que se denomina publicidad engañosa, pero desde la mirada ambiental, es importante comentar que la comunicación sobre los atributos ambientales de un producto, tiene que ser clara, real, precisa y respaldada, de lo contrario es lo que se conoce en el mundo como “greenwashing”, que es “el acto de engañar a los consumidores sobre las prácticas ambientales de una empresa o los beneficios ambientales de un producto o servicio”.
Una práctica se ha ido acentuando en Chile dado que las nuevas generaciones tienen una mayor conciencia ambiental, están más informados sobre los daños ecológicos que sufre el planeta; por lo tanto, están más preocupados a la hora de comprar productos y toda información que indique que un producto es “+ verde”, sin duda es un buen gancho en su decisión de compra.
¿Pero qué significa que un producto de consumo sea más verde, más ecológico, más eco-amigable, y muchos otros términos que vemos a diario escritos en los envases de los productos que adquirimos en cualquier cadena de supermercados? Sin duda no tenemos una respuesta clara, real precisa y respaldad; tampoco una normativa que regule lo que debes y puedes informar.
Conscientes de este problema, Fundación Chile (FCH) y un grupo de empresas -de las que CENEM también fue parte- diseñaron una Guía Verde voluntaria para orientar a los fabricantes de productos sobre la forma éticamente correcta de informar sus beneficios ambientales. (Quienes deseen revisar la guía verde de FCH, pueden hacerlo en http://fch.cl/wp-content/uploads/2015/02/guia-comunicacion-verde.pdf).
Sin embargo, esta guía, al ser voluntaria y tal vez para muchos desconocida, no es utilizada en la realidad. Así, continúa este problema de entregar información engañosa y que atenta a todo tipo de industrias, dependiendo el mensaje “verde” utilizado. Por ejemplo, en Chile, hemos visto publicidad de materiales 100% biodegradables (bolsas de retail, bolsas de basura, etc.), sin ninguna certificación ni respaldo académico veraz. Así también hay productos que se dicen “orgánicos”, con símbolos muy creativos que acompañan estas informaciones, ejemplos hay bastantes hoy en día en el mercado chileno.
Esto no solo engaña a los consumidores, sino que también afecta a las empresas que comercializan productos con la información adecuada de respaldo y las certificaciones correspondientes.
En Chile no tenemos organismos que acrediten la veracidad de lo que se informa en los productos que se comercializan y la fiscalización en este ámbito es nula. Una ley que permita regular y normar la información que se entrega a los consumidores es imperativa en los tiempos de competencia que hoy se viven.
Fuente: El Mercurio
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